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Angel De Velasco
El amor propio es la valoración y aceptación positiva de uno mismo. Es una actitud positiva hacia uno mismo que incluye la comprensión de tus fortalezas y debilidades, y la capacidad de reconocer y aceptar tus emociones y sentimientos sin juicio ni vergüenza.
El amor propio es importante porque te permite establecer relaciones más saludables y positivas contigo mismo y con los demás. Te permite tomar decisiones que sean buenas para ti y te ayuda a manejar situaciones difíciles con más confianza y resiliencia.
Además, cuanto más amor propio tengas, menos dependiente serás de la aprobación y el reconocimiento de los demás. Esto te permite ser más auténtico y seguro de ti mismo, lo que puede mejorar significativamente tu calidad de vida.
Cultivar el amor propio requiere práctica y paciencia, pero puede ser un proceso muy gratificante y transformador a largo plazo.
Iniciamos con el cuidado personal: es una serie de actividades que se realizan para mantener la salud física, mental y espiritual. Esto incluye hábitos como el aseo e higiene, lujosas escapadas de fin de semana, citas semanales de masajes y otras actividades que promueven el bienestar.
Hidratación: Asegúrate de beber suficiente agua durante el día para mantener tu piel hidratada y tus funciones corporales en marcha.
Ejercicio físico: Haz ejercicio al menos 30 minutos al día para mejorar tu salud física y mental.
Alimentación saludable: Come una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, proteínas y grasas saludables.
Descanso adecuado: Trata de dormir lo suficiente todas las noches para que te sientas descansado y alerta durante el día.
Limpieza de la piel: Utiliza productos de limpieza facial y exfoliantes para mantener la piel limpia y fresca.
Autocuidado mental: Dedica tiempo a hacer actividades que te hagan sentir bien, como meditación, yoga o simplemente leer un buen libro.
Cuidado dental: Cepilla tus dientes y usa hilo dental diariamente para mantener una buena salud dental.
Control médico regular: Haz un seguimiento de tu salud mediante chequeos regulares con un médico y exámenes médicos necesarios.
Recuerda que la rutina de cuidado personal es personal y que puedes adaptarla a tus necesidades y preferencias individuales.