Porque fui adolescente en el ojo público en una época en la que la sociedad estaba absolutamente obsesionada con la idea de que las jóvenes tuvieran modelos a seguir perfectas. Parecía que cada entrevista incluía menciones sobre cómo yo podría “descarrilarme” y esto significaba algo distinto para cada persona.
Así que me hice adulta mientras me daban el mensaje de que, si no cometía ningún error, todos los niños del país crecerían para ser ángeles perfectos. Y, si me equivocaba, el planeta entero caería de su eje y sería totalmente mi culpa y me iría a la cárcel de las estrellas pop para siempre. Todo se centraba en la idea de que errar significa fallar y la pérdida de la oportunidad de una vida feliz.
Esta no ha sido mi experiencia. Mi experiencia ha sido que mis errores llevaron a las mejores cosas de mi vida. Avergonzarte cuando te equivocas es parte de la experiencia humana. Levantarte, sacudirte el polvo y ver quién todavía quiere salir contigo y reírse de lo que pasó es un regalo.
Las veces que me dijeron que no, que no me incluyeron, que no me eligieron, que no gané… mirando atrás, se siente como que esos momentos fueron tan importantes, si no es que más cruciales, que los momentos en los que me dijeron que sí.
No ser invitada a las fiestas y pijamadas en mi ciudad me hizo sentir increíblemente sola. Pero, como me sentía sola, me sentaba en mi cuarto y escribía canciones que me darían un boleto a otra parte. Que los ejecutivos de Nashville me dijeran que solo las señoras de 35 años escuchan country y que no era un género para una niña de 13 me hizo llorar. Pero después publiqué mis canciones en MySpace (sí, MySpace) y le mandé mensajes a otras adolescentes que amaban el country y no tenían a nadie que cantara desde su perspectiva.
Cuando los periodistas publicaron notas a profundidad y a veces críticas de quien ellos percibían que yo era, me sentí como si viviera una simulación. Pero eso me hizo ver hacia adentro para aprender quién sí soy. Que el mundo tratara mi vida romántica como un deporte en el cual yo siempre perdía no fue una gran manera de tener citas en mi adolescencia y mis veintes, pero me enseñó a proteger mi vida privada. Ser humillada una y otra vez a una edad temprana fue extremadamente doloroso, pero me enseñó a dejar de valorar tanto la noción de la relevancia social y la “likeability”. Que el internet me cancelara y casi perder mi carrera… me dio un conocimiento excelente de todos los tipos de vino.
Sé que sueno optimista, pero no lo soy. Pierdo perspectiva todo el tiempo. A veces parece que nada tiene sentido. Sé bien que hay una presión de vivir tu vida a través del perfeccionismo. Y sé que estoy hablando con un grupo de perfeccionistas, porque todos ustedes se gradúan hoy de NYU. Así que esto puede ser difícil de escuchar: en tu vida, inevitablemente vas a decir algo mal, confiar en las personas incorrectas, dejar de reaccionar, reaccionar demasiado, lastimar a personas que no lo merecían, pensar demasiado, no pensar en absoluto, autosabotearte, crear una realidad donde solo tu experiencia existe, arruinar momentos perfectos para ti y otras personas, negar haber hecho algo mal, dejar de tomar pasos para remediar la situación, sentirte muy culpable, dejar de que la culpa de carcoma, tocar fondo, finalmente abordar el daño que causaste, tratar de hacerlo mejor, y repetir todo otra vez. Y, no voy a mentir, esto hará que pierdas cosas.
Lo que trato de decir es que perder cosas no solo significa perder. Muchas veces, cuando perdemos algo, también ganamos.
Ahora tienes la estructura de la escuela para trazar tu propio camino. Cada decisión que tomes te llevará a la siguiente decisión, que lleva a la siguiente. Y sé que a veces es difícil decidir qué hacer. Hay momentos en la vida cuando debes defenderte. Otros en los que lo correcto es dar un paso atrás y disculparte. Momentos para pelear y momentos para correr. Momentos para aferrarte y momento para dejar ir.
A veces lo correcto es tirar las ideas del pasado en nombre del progreso y la reforma. Otras veces lo correcto es escuchar la sabiduría de quienes vinieron antes. ¿Cómo vas a saber cuál es la decisión correcta en estos momentos cruciales? No lo sabrás.
¿Cómo le aconsejo a tantas personas sobre qué hacer con sus vidas? No lo hago.
La noticia que da miedo: estás por tu cuenta ahora.
La noticia cool: estás por tu cuenta ahora.
Te dejo con esto: nos guiamos por nuestros instintos, nuestra intuición, nuestros deseos y miedos, nuestras cicatrices y sueños. Y a veces vas a equivocarte. Yo también. Y cuando yo lo haga, seguro vas a leer los detalles en internet. Pero todas las personas vivimos momentos difíciles. Nos recuperaremos. Aprenderemos. Seremos más resilientes. Mientras tengamos la fortuna de seguir respirando, inhalaremos profundo y exhalamos. Y ahora soy doctora, así que sé cómo funciona la respiración.
Espero que sepan lo orgullosa que estoy de compartir este día con ustedes. Estamos en esto juntos. Así que sigamos bailando como si fuéramos la… clase del ‘22.