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Angel De Velasco
El día mundial del agua se celebra cada 22 de marzo desde 1993, cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas lo proclamó como tal. El objetivo de este día es concienciar sobre la importancia del agua dulce y el derecho humano al agua. Además, cada año se elige un tema específico para enfocar la atención en algún aspecto relacionado con el agua. Este año, el tema es “Valorar el agua”, que nos invita a reflexionar sobre lo que significa el agua para nosotros, cómo la usamos y cómo podemos protegerla.
El agua cubre el 71% de la superficie terrestre, pero solo el 2,5% es dulce y apta para el consumo humano. De ese porcentaje, gran parte está congelada en los polos o en los glaciares, o se encuentra en subterráneos de difícil acceso. Por eso, solo disponemos de un 0,007% del total del agua del planeta para satisfacer nuestras necesidades.
Pero no solo necesitamos el agua para beber o para nuestra higiene personal. también es fundamental para la producción de alimentos, la generación de energía, la industria, el transporte y el mantenimiento de los ecosistemas. Según la ONU, cada persona necesita unos 50 litros diarios de agua para cubrir sus necesidades básicas. Sin embargo, hay una gran desigualdad en el acceso al agua entre las diferentes regiones del mundo. Mientras que en algunos países desarrollados se consumen más de 300 litros por persona al día, en otros países en desarrollo hay más de 2 mil millones de personas que carecen de servicios básicos de agua potable.
Ante este panorama tan preocupante, ¿qué podemos hacer nosotros para cuidar el agua? Aquí te doy algunos consejos prácticos que puedes aplicar en tu día a día:
– Cierra el grifo cuando no lo necesites. Por ejemplo, cuando te cepilles los dientes o te enjabones las manos o el cuerpo. Así podrás ahorrar hasta 10 litros por minuto.
– Usa electrodomésticos eficientes y ponlos solo cuando estén llenos. Un lavavajillas consume unos 20 litros por ciclo frente a los 40 litros que se gastan lavando los platos a mano con el grifo abierto.
– Riega las plantas por la noche o temprano por la mañana para evitar la evaporación.
– Recoge el agua de lluvia o reutiliza el agua sobrante para regar las plantas o limpiar superficies.
– No tires basura ni productos químicos al inodoro ni al desagüe. Así evitarás contaminar las aguas residuales y facilitarás su tratamiento posterior.
– Apoya iniciativas sociales o ambientales que promuevan un uso sostenible y solidario del agua.
Como ves, con pequeños gestos podemos hacer una gran diferencia. El agua es un bien común y un derecho humano que debemos respetar y valorar.