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Angel De Velasco
El mundo de la música y el activismo está de luto por la muerte de Harry Belafonte, el legendario cantante, actor y defensor de los derechos humanos que falleció el 25 de abril a los 96 años de edad. Belafonte fue un pionero en la difusión del calipso, un género musical originario de Trinidad y Tobago, que fusiona ritmos africanos y caribeños. Su álbum Calypso, lanzado en 1956, fue el primero en vender más de un millón de copias y contenía éxitos como Banana Boat Song (Day-O), “Jamaica Farewell” y “Island in the Sun.”
Pero Belafonte no solo fue un artista exitoso, sino también un comprometido luchador por la justicia social y la paz. Desde joven se involucró en la causa de los derechos civiles de los afroamericanos, apoyando a Martin Luther King Jr. y organizando conciertos benéficos para recaudar fondos para el movimiento. También fue un firme opositor al apartheid en Sudáfrica y al racismo en todo el mundo. Participó en la histórica canción We Are The World, junto a otros artistas, para combatir el hambre en África. Fue amigo de líderes como Fidel Castro, Nelson Mandela y Hugo Chávez, y defendió la soberanía y la solidaridad de los pueblos.
Belafonte recibió numerosos reconocimientos por su trayectoria artística y humanitaria, entre ellos el Premio Humanitario Jean Hersholt de la Academia de Hollywood, el Premio Grammy a la Trayectoria Artística, el Premio Kennedy y la Medalla de las Artes del gobierno estadounidense. Su legado musical e ideológico sigue vigente y es una inspiración para las nuevas generaciones. En este homenaje recordamos algunas de sus frases más célebres:
“No me puedo quedar callado cuando veo injusticia”.
“La música es una fuerza poderosa que puede cambiar el mundo”.
“La única forma de lidiar con un gobierno opresivo es convertirse en aún más activo”.
“La vida es una aventura maravillosa que hay que vivir con pasión y compasión”.
“El arte es la expresión más elevada del alma humana”.
