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Angel De Velasco
Guia sobre cuidados de suculentas
Las suculentas son plantas que almacenan agua en sus hojas, tallos o raíces. Son muy populares por su belleza, variedad y facilidad de cultivo. Sin embargo, no todas las suculentas son iguales y requieren algunos cuidados específicos para mantenerse saludables y bonitas. En este artículo te daremos algunos consejos generales y específicos para cuidar de tus suculentas.
Luz: Las suculentas necesitan mucha luz para crecer bien y mostrar sus colores. Lo ideal es ubicarlas en un lugar con luz indirecta o filtrada, evitando el sol directo que puede quemar sus hojas. Si las tienes dentro de casa, elige una ventana orientada al sur o al este, y rota las plantas cada cierto tiempo para que reciban luz por todos lados.
Agua: Las suculentas son capaces de resistir la sequía, pero no por eso hay que descuidar su riego. La frecuencia y cantidad de agua dependerá del tipo de suculenta, el tamaño de la maceta, el clima y la estación del año. Una regla general es regar cuando el sustrato esté completamente seco, y hacerlo abundantemente hasta que salga agua por los agujeros de drenaje. Luego hay que dejar que el exceso de agua se escurra y no dejar la maceta en un plato con agua. Es mejor regar menos que más, ya que el exceso de humedad puede provocar la pudrición de las raíces.
Sustrato: Las suculentas necesitan un sustrato ligero, poroso y bien drenado, que les permita respirar y evitar el encharcamiento. Puedes usar una mezcla especial para cactus y suculentas, o hacer tu propia mezcla con tierra común, arena gruesa y perlita o vermiculita. También puedes añadir un poco de abono orgánico o mineral cada cierto tiempo para nutrir a tus plantas.
Maceta: Las suculentas se pueden cultivar en casi cualquier tipo de recipiente, siempre que tenga agujeros de drenaje. Puedes usar macetas de barro, plástico, metal o cerámica, o incluso objetos reciclados como tazas, latas o botellas. Lo importante es que la maceta sea del tamaño adecuado para la planta, ni muy grande ni muy pequeña. Una maceta muy grande puede retener demasiada humedad y favorecer la pudrición, mientras que una maceta muy pequeña puede limitar el crecimiento y provocar el estrés hídrico.