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Por: Ruth Bautista
La actriz de Game of Thrones Emilia Clarke habló de la batalla más grande que tuvo que enfrentar fuera de la pantalla y en la vida real y la cual le ha dañado su cerebro.
En la una entrevista en el programa de la BBC "One Sunday Morning", donde reveló que sufrió dos aneurismas cerebrales tras la primera temporada de Juego de Tronos a principios de 2011, durante una sesión con un entrenador personal, cuando la actriz comenzó a sentir una fuerte presión en la cabeza y perder la razón. "Como nadie sabía qué me pasaba, los médicos y las enfermeras no podían administrarme medicamentos para aliviar el dolor. Finalmente, me hicieron una resonancia magnética y el diagnóstico fue rápido: una hemorragia subaracnoidea, un tipo de accidente cerebrovascular potencialmente mortal". Los aneurismas cerebral es una protuberancia en un vaso sanguíneo del cerebro, que puede presentar una ruptura y causar sangrado en el cerebro, es decir, un accidente cerebrovascular hemorrágico a lo que tuvo que operarse.
"De mi boca salían palabras sin sentido alguno y entré en pánico. Nunca había experimentado un miedo como ese. Podía ver mi vida pasar por delante y no valía la pena vivirla. Yo soy actriz, necesito recordar mis textos, y ahora no podía recordar ni mi nombre".
La actriz reveló que dos años después sufrió un segundo aneurisma, que la llevó de nuevo al quirófano en 2013, y en el proceso partes de su cerebro se perdieron a causa de estos accidentes cardiovasculares, los cuales son procedimientos muy complicados y el porcentaje de sobrevivir es poca.
"Pertenezco a una muy, muy, muy pequeña minoría de personas que sobreviven a eso. Me falta cerebro A veces hasta me provoca risa. En los accidentes cerebrovasculares, básicamente cuando cualquier parte del cerebro no recibe sangre durante un segundo, desaparece. Y así, la sangre encuentra una ruta diferente para moverse, pero luego, lo que sea que falta, desaparece".
"Con la cantidad de cerebro que tengo inutilizado, es increíble que sea capaz de hablar, a veces articuladamente, y vivir mi vida con total normalidad sin absolutamente ninguna repercusión".
El proceso de recuperación de la primera operación fue difícil, pero el segundo fue mucho más duro. Pasé por un periodo de estar muy baja de ánimos, la verdad, pero luego tienes que interpretar a esa enorme mujer, y tienes que pasar a través del fuego. Creo que eso me salvó de darle vueltas a mi mortalidad.
"Fue increíblemente útil que Game of Thrones me ayudara y me diera ese propósito", concluyó